La nota de Ray Ozzie titulada ‘El amanecer de un nuevo día’ puede considerarse como su testamento tecnológico. Una despedida del hasta ahora segundo al mando en Microsoft tras Ballmer (tercero si contamos a Gates) e impulsor de grandes cambios en la compañía básicamente para una migración de productos físicos a servicios con Internet como protagonista y la nube como plataforma.
Una estrategia avanzada hace ya años a través de un memorándum denominado «The Internet Services Disruption» publicado por Ozzie hace cinco años y que posteriormente intentó llevar a cabo cuando se hizo cargo de un puesto ocupado hasta entonces por el mismísimo Bill Gates.
Ahora, Ozzie, repasa en su ‘testamento’ los avances de Microsoft en ese sentido con Windows Live, el nuevo buscador Bing, la apertura a la web y móviles con las nuevas ediciones de su suite ofimática (Office 365) o el SharePoint de Office 2010, el apartado de entretenimiento con el Live de Xbox o la plataformas de servicios con Windows Azure y SQL Azure. Es decir, los pasos que ha dado Microsoft hacia la nube.
Sin embargo «y a pesar de nuestros grandes progresos, algunas oportunidades que puse en mi nota hace cinco años no se han conseguido y algunos productos de nuestros competidores han avanzado en este escenario de forma notable», reconoce Ozzie, que advierte de los grandes cambios sucedidos en este lustro y de los «aún mayores que van a llegar en los próximos años y que van a suponer un punto de inflexión en aplicaciones, infraestructura y en toda la industria».
Así, recordando los 25 años del primer Windows que se cumplirán el próximo mes junto a la publicación de la nota original de Windows 1.0, Ozzie alerta muy seriamente a su todavía compañía que «debe prepararse para un mundo post-PC» basado en una nube de servicios continuos y en dispositivos permanentemente conectados a ella altamente portátiles principalmente, aunque también desde todo tipo de productos electrónicos.
Este mundo con el actual ordenador personal ‘muerto’ o relegado, requerirá una «dramática innovación en interfaces humanas, hardware, software y servicios». «Ya sea en el ámbito de las comunicaciones, la productividad, el entretenimiento o los negocios, las soluciones del mañana pueden diferir significativamente incluso de las aplicaciones más exitosas de hoy. Tanto para particulares como para empresas, el consumo de nuevos modelos de interacción va a cambiar el juego. Es inevitable» recalca Ozzie.
La recompensa por el esfuerzo merecerá la pena según señala Ozzie: «no tengamos miedo a abrazar lo que es tecnológicamente inevitable abriendo un camino a la extraordinaria oportunidad que tenemos por delante para nosotros, para la industria, y para nuestros clientes».
Aunque es indudable que Ozzie tiene una visión privilegiada del futuro de la tecnología, no es menos cierto que no tiene por qué tener razón en sus previsiones. Es cierto que la nube se está conviertiendo en toda una realidad, pero el ecosistema del PC y los dispositivos físicos siguen siendo el motor más fuerte de la industria tecnológica.
Aunque algunos competidores como Google se están haciendo fuertes en la nube, otros como Apple están triunfando de forma espectacular con una estrategia basada únicamente en dispositivos y software con pocas ramificaciones en la nube. La estrategia de Microsoft es evolucionar hacia la nube pero sin abandonar el PC, los teléfonos móviles o la consola. Es decir, apostar por un panorama en el que estos dispositivos se complementan con la nube, que la nube les añada posibilidades pero que sigan siendo los protagonistas. Del mismo modo Office 365, el último servicio en la nube presentado por Microsoft, es un complemento ideal para un Office instalado en una PC.
La visión de Ozzie podría no haber estado en sintonía con esta estrategia, motivo de su salida de Microsoft.