Como consumidora considero que ya es imprescindible poseer una televisión, un DVD, un móvil, una computadora sea PC o LAP, y lo más importante, incluso que ya no puede faltar en una casa, el Internet, ya no como un lujo sino como la necesidad de estar en contacto con el mundo, el cual lo consideramos uno de los mejores inventos del hombre hasta hoy en día.
Quienes gozan de todos esos privilegios se apropian de lo que ofrece el mercado, pero sobre todo, cuentan con la más alta tecnología. Pareciera tener un buen fin, sin embargo dicho fin se degenera, se pervierte.
«La búsqueda de identidad en los adolescentes es aprovechada por los personajes sobresalientes de programas tanto televisivos como musicales, e incluso cibernéticos. Los jóvenes, necesitan proyectar sus carencias construyendo ídolos que sustituyan la falta de modelos sociales e individuales firmes y también la falta de fortaleza en sus creencias, costumbres, estabilidad y seguridad personal, familiar y social verdaderamente humana».
La sociedad se ha convertido en el hazmerreír de los medios de comunicación, éstos con todo el poder, y con sus títeres (los reporteros, comentaristas o conductores de televisión) pueden llevarte a la gloria o escarmentarte hasta ser repudiado por la sociedad. Lo vemos cuando entrevistan a la gente que es llevada al ministerio público por asalto, asesinato por conducir ebrio, etc., se hace una parodia por todo, como si fuera un chiste, el hecho de que salgan en la televisión no significa que sean un modelo a seguir. Sus imágenes se suben a la famosa página <<Youtube>>, con el fin de que todo mundo se ría de su vergüenza, incluso se convierten en la figura por unos minutos y algunas veces se tornan en el prototipo.
Paralelo al tema, las simpáticas celebridades que han hecho ridiculeces y que aparecen en la televisión se inmortalizan por el hecho de aparecer tras las rejas, por portar armas sin permiso, ebrios o drogados en los antros y ser protagonistas de video escándalos, esto es en todo el mundo. De hecho las páginas más visitadas en Internet, son aquellas donde se protagonizan los peores sucesos delictivos.
«Algunos comentaristas sociales señalan la necesidad de ídolos en épocas de agitación masiva y falta de confianza e identidad nacional, vista como una necesidad de modelos de conducta virtuosos, especialmente para los jóvenes. Tal forma de crear mitos puede haber funcionado mejor en el pasado: las tendencias actuales pueden confundir a los héroes y su culto con el culto a la simple celebridad, señala Fabiola Pérez Canedo».
La idea de un héroe o ídolo, actualmente, ya difiere de las verdaderas cualidades y responsabilidades que lo caracterizan, el entorno cultural ya no tiene miramientos sobre quién será un modelo a seguir: lo puede ser un asesino sin escrúpulos, o cualquier payaso que haga algo ridículo en la televisión y a su vez se difunda en Internet, aunque no tenga trascendencia, esto sólo será por un espacio de una semana, porque simplemente la gente olvida y no le interesa ver algo tan repetitivo.
«La falta de identidad nos circunda a creer en cualquier personaje, que en un momento se encuentre en sus cinco minutos de fama incluso hasta llegar a influenciarnos de tal manera que cambiemos nuestra forma de ver al mundo, convirtiendo la admiración en fanatismo», esclavos de un capricho que únicamente abordará a la confusión. Envolviendo el carácter, el pensamiento, la forma de expresarnos, si bien hay ejemplos de los reality shows como el famoso Big Brother, donde sus monigotes (celebridades) muestran conductas y lenguaje completamente primitivos, imponen fuertemente el modismo actual, «wey», que si no se hubiera dicho una tras otra vez en ese programa, nunca en el país se hubiera puesto de moda, a largo plazo.
Embelesados por la influencia de que en vez de ser un antivalor los video escándalos que realizan las figuras políticas, celebridades o civiles comunes y corrientes, se convierten en una moda, situación que aún paradójica, es digna de la imitación. La sociedad una vez más se corrompe al momento de subir también sus propios videos donde se encuentran realizando lo mismo que ven y que al final la justifican como una bromita, la cual a veces escandaliza al primer momento, pero que luego brotan las risas, después se vuelven caricaturas o hasta cómics sin pudor: «Es que verdaderamente lo que hizo fulanito fue gracioso».
Esto es una realidad. Tal parece que hubiéramos regresado a la era arcaica donde no existían los derechos ni el respeto. Actualmente existen prácticas de algunas personas donde se difunden a cuántos le pidan por medio de sus celulares (con cámara), los video-escándalos de otras personas de cualquier nivel social, cultural, inclusive de escolaridad, sea un profesional, universitario, bachiller, de educación básica, incluyendo la primaria, y uno se cuestiona. En realidad, estos y casi la sociedad entera, se ve advertida y amenazada ante cualquier suceso…
Cuídate de la tecnología
Conocido como la nueva madre o el desmadre, que informa, desorienta, desconcierta, educa bien o mal, porque los padres, sin querer, dotan a sus hijos de comodidades y facilidades para realizar las tareas que dejan en la escuela, investigar: «ya papi y mami se han dormido, entonces echemos un vistazazazo», total que el Internet no tiene censura, ahí se puede encontrar una enciclopedia hasta de lo que según uno piensa que no existe, o que era un mito, pues no.
Pudiendo ser una de tantas razones por las que los estudiantes no llegan a su clase a la primera hora, o si asisten, están con los ojotes hinchados, con pocas ganas de prestar atención y con muchas de dormir, algunos buscan un rinconcito y ahí se escurren hasta babear, se jetean, no les importa, a quién le va a importa que lo vean durmiendo, si uno tiene sueño.
Toda innovación tecnológica también trae consigo las consecuencias, ahora, los muy comunes secuestros gracias a la información desinhibida, confiable, inocente, qué digo inocente, inmensurable manera de los adolescentes y hasta adultos, que suben al metroflog, Hi5, facebook, o cualquier página que incluye fotografías personales o de amigos, con fondos exuberantes como carros de último modelo, o casas-mansiones, cómo no despertar la avaricia de los chacales, sobre todo frente al nivel de delincuencia que hemos llegado gracias a la tecnología como medio universal, o desgraciadamente a ella; también se sabe sobre los desfalcos que se hacen de millones de pesos y de dólares, esto como sistema de robo anónimo, nadie sabe, nadie supo, quién te hará un fraude, quién te secuestrará.
«Los medios de comunicación ofrecen pautas de conducta, modelos, actitudes y actividades que forman parte de los comportamientos muchas veces individualistas, agresivas y superficiales en los que la mayoría de los jóvenes se ven envueltos», menciona Nicté Morales Macal en su artículo.
No queriéndonos dar cuenta de dicha situación, creemos que las personas cambian porque pasan por una etapa diferente, o porque así tiene que ser; sin embargo, cómo nos explicamos que a veces los consumidores no quieran comer, ni salir a hacer ejercicios, conversar con cualquier miembro de la familia, ir a visitar a un amigo, todo por estar sentado largas horas y horas frente al monitor con los dichosos juegos de video, que ahora cada vez muestran el lado bestial de sus personajes, más invencibles o infernales, exponiendo un ambiente de pandillerismo donde el premio o la victoria es el de matar, conducir a máxima velocidad y escapar ileso como un héroe, evadiendo a la ley. En la mente de los jóvenes se fomentan cambios de conducta animal.
Lo curiosísimo del caso es que los mismos padres regalan estos jueguitos, para que el niño no fastidie, para no tener que lidiar con él. El trasfondo es que se vuelve un adicto, se convierte en un inútil físico y mental, además puede influir en que sea antisocial, porque sólo querrá llegar a la casa a jugar. Y como realmente no existe vigilancia, porque en la sociedad actual ambos padres trabajan y no tienen tiempo de atender a los hijos, lo más común es que éstos se distraigan en sus propias actividades infructuosas.
La gente se ha deshumanizado cayendo en el vicio de crearse un personaje virtual; el chat equivale a un seudo amigo que quién sabe si te diga la verdad, pero al menos crees que te entiende; sin importar ya el valor de la amistad se van adoptando ideas de comunicarse con seres inventados en la red, qué caso tiene poseer amigos, si existen miles en el ciberespacio que ni te juzgan por tu físico, por tu nivel económico, por tu manera de ser y que además de todo descubren lo bueno de ti, y si tiene uno suerte, hasta encuentras a tu media naranja ahí; qué importa correr el riesgo, pues por esos riesgos es que no existe, realmente nada te garantiza que sean esos seudo amigos los mejores partidos.
Probablemente las personas canalizan sus necesidades de afecto hacia cuestiones que ya van más allá de la realidad.
La tecnología está rebasando las expectativas de las personas, convirtiendo la ficción en realidad, desarrollando grandes avances en la ciencia; sin embargo, caer en el inframundo del Internet resulta condenarse al hecho una posible inhumanización.
Autor: Flor María Candelaria Carvajal Medina