El rincón de JMACOE

En nuestro trabajo pasamos la mayor parte del día. Desde ahí coordinamos toda nuestra vida laboral y también personal. Empero, podría no existir un lugar más público que nuestra computadora ya que, tal parece, todos estamos hoy expuestos al espionaje empresarial.

Lo maravilloso de la tecnología es que hoy podemos acceder a infinidad de informaciones y comunicarnos con otras personas aunque estemos a distancia. Esa sensación de proximidad que nos brindan el teléfono, el e-mail o los chats, nos hacen creer en una intimidad o privacidad que en realidad no existe, ya que todos estos medios pueden ser fácilmente interceptados por terceras personas.

Un caso de la vida real:

«Mi jefe me pidió que fuera a su despacho. Me dio una disertación sobre la importancia de la discreción y la confidencialidad en nuestra oficina. Yo asentí y él me miró con ojos inquisidores. Le pregunté si él tenía alguna queja de mío de mi desempeño en la oficina. Su respuesta me heló la sangre… Mi jefe me recitó con palabras textuales, comentarios personales que yo le había hecho a mi hermano sobre él. Y un comentario hecho por una amiga mía, sobre el amorío de mi jefe con una excolega. Me sentí como si estuviera desnuda. Esas palabras estaban en e-mails que yo había enviado y recibido desde mi escritorio. Así fue como mi idea sobre el uso de la computadora en el trabajo, cambió para siempre». (Ana, 31 años, ejecutiva de cuenta).

Monitoreo o espionaje

El monitoreo o control del tráfico en Internet es una práctica muy común en la actualidad. Hace 15 años estos mecanismos eran utilizados exclusivamente por los administradores informáticos para coordinar y comprobar que todo estuviera bien a nivel técnico. Pero hoy y gracias a los avances de esta tecnología, se pueden detectar virus y correos basura (spam), los padres pueden rastrear las travesuras y andanzas cibernéticas de sus hijos; así como los gerentes logran saber con precisión quirúrgica a qué se dedican sus empleados en su tiempo laboral.

Los primeros productos informáticos de este tipo, nacieron como filtros para evitar que los niños pudieran acceder a sitios de Internet con contenidos para adultos y luego se ampliaron para su uso en empresas; dejando de ser simples filtros, para convertirse en herramientas de control y espionaje empresarial.

Estos softwares permiten filtrar y grabar los contenidos del correo electrónico, chats, navegación en la Web, movimientos en el teclado y la pantalla del usuario. Cuando ocurre alguna acción no permitida en la computadora, estos programas avisan por correo electrónico al espía. Así se registran los sitios web más frecuentados por la persona, el tiempo de visita y se sacan estadísticas sobre el uso del ordenador.

Las funciones adicionales de estos programas espías no tienen límites. Los programas conocidos como «troyanos», pueden remitir copia de todos los mensajes enviados por el empleado a quien lo monitorea. No se necesita estar en la computadora de la víctima para instalarlo, simplemente se le envía a la persona un mensaje con el programa adjunto, convenciéndole de que lo ejecute.

El uso de estas prácticas con fines criminales ha alertado a la comunidad mundial. Estos instrumentos informáticos son utilizados hoy por delincuentes para obtener datos confidenciales, claves bancarias, secretos de la competencia, robar identidades y realizar estafas. Lo que hoy se denomina como phishing. La confianza es buena, ¿el control es mejor?

Según las estadísticas, en Europa 2 de cada 3 empresas filtran el uso de Internet de sus empleados, en EE.UU. cerca del 50% de las empresas monitorean los e-mails de sus colaboradores y 1 de cada 5 empresas ha despedido a un empleado por «abuso de recursos informáticos». Desde el 2001, los controles informáticos para los empleados se han duplicado. Latinoamérica y específicamente nuestro país no son la excepción.

Eficiencia, confidencialidad y privacidad

En pocos países existen leyes que regulen el monitoreo empresarial. Y cada vez aumentan más los despidos por uso indebido de Internet y las denuncias de empleados que han visto invadida su privacidad.

En nuestro país la legislación asegura el secreto de las comunicaciones privadas y la responsabilidad penal en caso de cometer abusos en su ejercicio, así como faltas contra la empresa, el patrono o los colegas en horas laborales.

La Unión Europea, por ejemplo, considera legal el espionaje solo si no hay alternativa, si se tiene un fin legítimo (casos criminales o prácticas inadecuadas), si el empleado sabe que se le espía y si se monitorea de forma generalizada a toda la planilla. En todo caso, es fundamental que el empleado sepa que espiarlo es parte de las normas de la empresa y que se establezca un protocolo institucional o empresarial conocido por todos sobre este tema.

Fuentes: Revista VSantivirus, No. 1199, Año 7, 2003 Revista Time, EE.UU. Mayo, 2008 Medios alemanes Der Spiegel y ARD sobre espionaje empresarial, 2009.

¿Cómo protegerse?

Para reducir las posibilidades de ser espiado(a):

1. Instale un software antispyware en su computadora.
2. Mantenga las actualizaciones de su computadora al día.
3. Cuide que su software antispyware esté siempre actualizado.
4. No acceda a sitios desconocidos o a los cuáles haya sido dirigida por un correo o ventana emergente.
5. Evite usar computadoras públicas para hacer transacciones financieras o tener acceso a sistemas corporativos.
6. No utilice su computadora en el trabajo para asuntos personales.