Mi travesía hacia la maestría del yoyo
viernes, 11 de octubre de 2024
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Cuando tenía 14 años, tenía baja autoestima. Sentía que no tenía talento.
Un día, compré un yoyo. Cuando probé mi primer truco, se parecía a esto. No podía hacer siquiera el truco más simple, pero eso era lo normal para mí, porque no era diestro y odiaba a todos los deportes. Pero después de practicar por una semana, mis lanzamientos se volvieron más como este. Un poco mejor. Pensé: «El yoyo es algo en lo que puedo ser bueno», por primera vez en mi vida. Encontré mi pasión. Pasaba todo mi tiempo practicando. Me pasaba horas y horas al día desarrollando mis habilidades hasta el nivel siguiente.